sábado, 10 de octubre de 2020

LAS CINCO MEJORES HISTORIAS DE TERROR QUE SE ESCRIBIERON EN LA 93 ¡FELICITACIONES ALEXIS! HOY LEEMOS:

 

Slenderman

Cuento escrito por Alexis Ramírez

Había una vez un chico llamado Michael, él tenía 12 años y vivía en la ciudad de la plata con su papá Max y su mamá Lucy. Vivían en un departamento grande, en un tercer piso con dos cuartos, sala y el baño.

Estaba llegando el verano y Michael y sus amigos; Lucas y Thiago, estaban planeando ir a un campamento de verano.

Todos acordaron ir al campamento, sólo faltaba preguntarles a sus papás si podían ir o no. Los papás de Lucas aceptaron, los papás de Thiago aceptaron, y finalmente, los papás de Michael dijeron que sí.

-pero sólo tenemos para una semana de campamento, no te olvides que hay que pagar el departamento, la luz, el agua y el gas-

Michael estaba contento de que por lo menos iba a poder ir una semana con sus amigos.

A la semana siguiente Michael y sus amigos estaban yendo el campamento, los tres iban con los papás de Michael que fueron los encargados de llevar a los chicos al lugar

Luego de 12 kilómetros de viaje en auto, por fin llegaron al ansiado campamento.

Michael dijo- ¡Por fin llegamos! Bueno, chau ma, chau pa, nos vemos en una semana-

Lucas y Thiago también se

despidieron de los papás de Michael. Max y Lucy saludaron y se fueron con la promesa de volver en una semana.

Michael y sus amigos van hacia sus mini cabañas, entran y ven dos literas; ¡rápidamente Lucas y Thiago piden las camas de arriba y Michael se queja diciendo -no es justo! Yo también quería una de arriba-

-bueno- dice Thiago -nosotros las pedimos primero-

En eso llega Juan, el líder del campamento.

-Hola! ¿están preparados para la mayor diversión de sus vidas? -

-siiiii! - gritaron todos con entusiasmo.

-entonces, dijo Juan, los esperó afuera con sus otros compañeros- y salió del cuarto.

- ¿escucharon eso? me pregunto qué clase de juegos habrá- dijo Michael

- si, me preguntó si habrá unas escondidas- replicó Lucas

Y yo me pregunto sí va a estar el juego de las sillas o la mancha de estatuas- comentó Thiago.

Así que, Los tres amigos salieron sin dudar. Con los otros compañeros jugaron toda clase de juegos, ¡¡hasta que Juan dijo -llegó la hora del pinball!!- Michael que desconocía al juego, preguntó qué era eso. Juan le explicó que es un juego de armas que disparan bolitas de pintura, pero que no se preocupara que a todos les iban a dar una ropa especial.

Todas las noches hacían fogatas, qué día jugaban y comían. Todo era espectacular hasta que llegó el sexto día, eso significaba que los papás de Michael volverían mañana para llevarlos de vuelta a sus vidas.

Por eso los tres acordaron divertirse durante el día, como nunca lo habían hecho. Y por la noche saldrían a explorar un poco el bosque. Michael había escuchado el rumor de que existía una hermosa laguna excelente para nadar. Ese era un excelente plan para la última noche.

 

Luego de todo un día de comidas y diversión sin parar, por fin llegó la noche. Michael Thiago y Lucas, cada uno con su linterna, mientras todos estaban alrededor de la fogata, se fueron en búsqueda de la laguna.

Los tres partieron hacia el bosque muy entusiasmados.

Luego de un rato a Thiago se le ocurrió una idea -Y si nos separamos para encontrar la laguna más rápido-

Los otros dos chicos estuvieron de acuerdo, así que cada uno partió hacia un lugar del bosque.

Al cabo de un rato, Michael encontró una vieja cabaña abandonada, se veía sucia y llena de moho. Michael decidió entrar para ver si encontraba algún mapa o referencia de dónde podía estar la laguna.

En cuanto entró vio un libro abierto. se acercó lentamente mientras escuchaba el chirrido de la puerta y las ventanas. Empezó a leer y…

Del libro empezó a salir sangre negra.

Michael aterrorizado, se paralizó. Vio como ese líquido asqueroso comenzaba acercarse hasta que lo alcanzó y empezó a subir por todo su cuerpo.

Cuando lo cubrió por completo Michael, triplicó su estatura. De pies a cabeza era de color blanco y lo cubría un traje negro.

Se dio cuenta que no tenía ojos, ni boca, ni orejas, ni nariz. Tampoco podía hablar. De su espalda, salían una especie de ramas negras.

Michael salió de la cabaña, vio a Lucas, y le quiso pedir ayuda, pero no podía hablar.

Lucas, al ver esa imagen, intento correr, pero fue inútil. Las ramas que salían de la espalda de Michael tomaron a Lucas por los pies tomaron a Lucas por los pies, mientras él suplicaba que lo dejara ir. Michael sólo se acercó, tocó a su amigo y Lucas murió.

Michael no entendía nada, no sabía qué hacer, sólo se le ocurrió caminar por ahí hasta que se encontró a Thiago. Su amigo estaba de espaldas, Thiago nunca lo vio venir. Michael se acercó y lo abrazó para pedirle ayuda, tampoco podía hablar así que dio vuelta a su amigo, pero Thiago ya estaba muerto.

Michael no entendía nada -pero si sólo lo abracé- y así con todo el dolor en su alma se fue nuevamente a la cabaña abandonada para esperar a sus papás.

Al día siguiente, llegan varios papás a buscar a sus hijos. Max y Lucy preocupados, buscar un en todo el campamento y ni rastros de los chicos. Decidieron ir al bosque -quizás hayan hecho una última recorrida-

Hubo gritos, angustia y desesperación…

- ¿Dónde están?

-chicos los estamos buscando!

-Michael!

-Lucas !

-Thiago!

-basta! Esto ya no es gracioso…

Pasaron horas y anocheció, Max y Lucy decidieron volver.

En el camino deciden entrar en la cabaña abandonada que vieron en el bosque.

En cuanto entraron dieron a Michael en el cuerpo de ese monstruo. Sólo se les ocurrió correr. Michael los vio y quiso gritarles, pedir ayuda.

Intento decir papá, mamá, ayuda. Pero no podía hablar. Por eso corrió tras ellos.

¡Las ramas tomaron los pies de Lucy -Max ayúdame! -Max tomó las manos de Lucy, y en ese momento las ramas también lo agarraron a él.

Michael seguía abrazándolos y pidiéndoles ayuda. Esta vez puedo hablar, pero con una voz mucho más grave, una voz irreconocible para Max y Lucy, que murieron sin saber que era Michael quien los tenía atrapados.

 

Michael decidió ahogar toda esa tristeza quedándose encerrado para siempre en esa cabaña del bosque. Quizás...

 

Alexis Ramírez, 2° 3°

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