Slenderman
Cuento
escrito por Alexis Ramírez
Había una vez un chico llamado Michael, él
tenía 12 años y vivía en la ciudad de la plata con su papá Max y su mamá Lucy.
Vivían en un departamento grande, en un tercer piso con dos cuartos, sala y el
baño.
Estaba llegando el verano y Michael y sus
amigos; Lucas y Thiago, estaban planeando ir a un campamento de verano.
Todos acordaron ir al campamento, sólo
faltaba preguntarles a sus papás si podían ir o no. Los papás de Lucas
aceptaron, los papás de Thiago aceptaron, y finalmente, los papás de Michael
dijeron que sí.
-pero sólo tenemos para una semana de
campamento, no te olvides que hay que pagar el departamento, la luz, el agua y
el gas-
Michael estaba contento de que por lo menos
iba a poder ir una semana con sus amigos.
A la semana siguiente Michael y sus amigos
estaban yendo el campamento, los tres iban con los papás de Michael que fueron los
encargados de llevar a los chicos al lugar
Luego de 12 kilómetros de viaje en auto,
por fin llegaron al ansiado campamento.
Michael dijo- ¡Por fin llegamos! Bueno,
chau ma, chau pa, nos vemos en una semana-
Lucas y Thiago también se
despidieron de los papás de Michael. Max y
Lucy saludaron y se fueron con la promesa de volver en una semana.
Michael y sus amigos van hacia sus mini
cabañas, entran y ven dos literas; ¡rápidamente Lucas y Thiago piden las camas
de arriba y Michael se queja diciendo -no es justo! Yo también quería una de
arriba-
-bueno- dice Thiago -nosotros las pedimos
primero-
En eso llega Juan, el líder del campamento.
-Hola! ¿están preparados para la mayor
diversión de sus vidas? -
-siiiii! - gritaron todos con entusiasmo.
-entonces, dijo Juan, los esperó afuera con
sus otros compañeros- y salió del cuarto.
- ¿escucharon eso? me pregunto qué clase de
juegos habrá- dijo Michael
- si, me preguntó si habrá unas escondidas-
replicó Lucas
Y yo me pregunto sí va a estar el juego de
las sillas o la mancha de estatuas- comentó Thiago.
Así que, Los tres amigos salieron sin
dudar. Con los otros compañeros jugaron toda clase de juegos, ¡¡hasta que Juan
dijo -llegó la hora del pinball!!- Michael que desconocía al juego, preguntó
qué era eso. Juan le explicó que es un juego de armas que disparan bolitas de
pintura, pero que no se preocupara que a todos les iban a dar una ropa
especial.
Todas las noches hacían fogatas, qué día
jugaban y comían. Todo era espectacular hasta que llegó el sexto día, eso
significaba que los papás de Michael volverían mañana para llevarlos de vuelta
a sus vidas.
Por eso los tres acordaron divertirse
durante el día, como nunca lo habían hecho. Y por la noche saldrían a explorar
un poco el bosque. Michael había escuchado el rumor de que existía una hermosa
laguna excelente para nadar. Ese era un excelente plan para la última noche.
Luego de todo un día de comidas y diversión
sin parar, por fin llegó la noche. Michael Thiago y Lucas, cada uno con su
linterna, mientras todos estaban alrededor de la fogata, se fueron en búsqueda
de la laguna.
Los tres partieron hacia el bosque muy
entusiasmados.
Luego de un rato a Thiago se le ocurrió una
idea -Y si nos separamos para encontrar la laguna más rápido-
Los otros dos chicos estuvieron de acuerdo,
así que cada uno partió hacia un lugar del bosque.
Al cabo de un rato, Michael encontró una
vieja cabaña abandonada, se veía sucia y llena de moho. Michael decidió entrar
para ver si encontraba algún mapa o referencia de dónde podía estar la laguna.
En cuanto entró vio un libro abierto. se
acercó lentamente mientras escuchaba el chirrido de la puerta y las ventanas.
Empezó a leer y…
Del libro empezó a salir sangre negra.
Michael aterrorizado, se paralizó. Vio como
ese líquido asqueroso comenzaba acercarse hasta que lo alcanzó y empezó a subir
por todo su cuerpo.
Cuando lo cubrió por completo Michael,
triplicó su estatura. De pies a cabeza era de color blanco y lo cubría un traje
negro.
Se dio cuenta que no tenía ojos, ni boca,
ni orejas, ni nariz. Tampoco podía hablar. De su espalda, salían una especie de
ramas negras.
Michael salió de la cabaña, vio a Lucas, y
le quiso pedir ayuda, pero no podía hablar.
Lucas, al ver esa imagen, intento correr,
pero fue inútil. Las ramas que salían de la espalda de Michael tomaron a Lucas
por los pies tomaron a Lucas por los pies, mientras él suplicaba que lo dejara
ir. Michael sólo se acercó, tocó a su amigo y Lucas murió.
Michael no entendía nada, no sabía qué
hacer, sólo se le ocurrió caminar por ahí hasta que se encontró a Thiago. Su
amigo estaba de espaldas, Thiago nunca lo vio venir. Michael se acercó y lo
abrazó para pedirle ayuda, tampoco podía hablar así que dio vuelta a su amigo,
pero Thiago ya estaba muerto.
Michael no entendía nada -pero si sólo lo
abracé- y así con todo el dolor en su alma se fue nuevamente a la cabaña
abandonada para esperar a sus papás.
Al día siguiente, llegan varios papás a
buscar a sus hijos. Max y Lucy preocupados, buscar un en todo el campamento y
ni rastros de los chicos. Decidieron ir al bosque -quizás hayan hecho una
última recorrida-
Hubo gritos, angustia y desesperación…
- ¿Dónde están?
-chicos los estamos buscando!
-Michael!
-Lucas !
-Thiago!
-basta! Esto ya no es gracioso…
Pasaron horas y anocheció, Max y Lucy
decidieron volver.
En el camino deciden entrar en la cabaña abandonada
que vieron en el bosque.
En cuanto entraron dieron a Michael en el
cuerpo de ese monstruo. Sólo se les ocurrió correr. Michael los vio y quiso
gritarles, pedir ayuda.
Intento decir papá, mamá, ayuda. Pero no
podía hablar. Por eso corrió tras ellos.
¡Las ramas tomaron los pies de Lucy -Max
ayúdame! -Max tomó las manos de Lucy, y en ese momento las ramas también lo
agarraron a él.
Michael seguía abrazándolos y pidiéndoles
ayuda. Esta vez puedo hablar, pero con una voz mucho más grave, una voz irreconocible
para Max y Lucy, que murieron sin saber que era Michael quien los tenía
atrapados.
Michael decidió ahogar toda esa tristeza
quedándose encerrado para siempre en esa cabaña del bosque. Quizás...
Alexis Ramírez, 2° 3°
No hay comentarios:
Publicar un comentario